Britany Minder, una adolescente norteamericana estudiante de Secundaria, vio arruinada su fiesta de graduación al impedirle la entrada al baile por tener los pechos demasiado grandes. Accedió a ponerse un foulard que le cubriera el escote, pero se sintió tan mal que abandonó la fiesta.
Britany afirmó que se trasladó hasta la vecina Canadá en busca de un vestido que le gustara y le sentara bien, un modelo diseñado especialmente para las mujeres de pechos voluminosos.
Según el código de vestimenta de la escuela, los vestidos sin tirantes estaban permitidos "siempre y cuando el escote, abdomen y la espalda estén cubiertos". En el caso de Britany, su línea de canalillo se mostraba más que el de sus compañeras, por lo que solo podía entrar si se ponía un fulard cubriéndole el pecho durante toda la fiesta. Al principio accedió, pero se sintió tan mal que terminó abandonando el lugar.
La chica ha afirmado que" no se puede comparar una pelota de golf con una de baloncesto" y ha anunciado acciones legales contra el colegio en caso de no recibir una disculpa por el comportamiento del centro.
"Una chica como yo no debería tener que ir a un baile enfundada en un saco de arpillera. Era una de las noches más importantes de mi vida y me la arruinaron. Ya no hay manera de que pueda tener esa experiencia de nuevo", ha señalado.
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