25/6/13

Operación bikinazi


"Nunca es suficiente. Siempre habrá otra más delgada. Siempre habrá otra con los brazos más finos, la tripa más plana, las piernas más separadas. Siempre habrá otra que pese menos que tú. O una que pese más que tú, pero lo tenga 'mejor repartido'. Siempre habrá otra que tenga más tetas y menos culo. O al revés..."


¿Tienes lorzas? ¿Celulitis? ¿Piel de naranja? ¿Flacidez? ¿Barriga? ¿Cartucheras? Aunque tú, igual en el espejo te ves relativamente bien. Si es así, es que no te has observado detenidamente o vives en otro planeta...

En este, es obligatorio estar delgada. Nunca es suficiente... Siempre habrá otra más delgada. Siempre habrá otra con los brazos más finos, la tripa más plana, las piernas más separadas. Siempre habrá otra que pese menos que tú. O una que pese más que tú, pero lo tenga 'mejor repartido'. Siempre habrá otra que tenga más tetas y menos culo. O al revés.

Siempre habrá una mujer joven y bronceada que te mirará desde las vallas publicitarias, desde las marquesinas de los autobuses, desde los escaparates... Una a la que el bikini sí le quedará bien. Una que tendrá lo que hay que tener en la parte de arriba y lo que no hay que tener en la parte de abajo...

Y tú te compararás con ella, y te pondrás a comer lechuga o te comprarás un modelo tipo paracaídas o te pasarás el verano escondiéndote por las esquinas...


Pero lo que no puedes hacer es asumir tu propia imagen frente al espejo. Aprender a quererte tal y como eres. Aprender que quien no te quiera tal y como eres, ni te merece ni te conviene. Aprender que la salud, la satisfacción personal, ni siquiera la belleza, tienen nada que ver con la delgadez, ni con la persecución enfermiza de referentes inventados por la industria publicitaria...

Porque, si hicieras eso, te sobraría mucho tiempo, mucha energía y mucho dinero. Todo el que no dedicaras a adelgazar, a rejuvenecer, a parecerte a otras que no seas tú.

Y, entonces, resultarías muy peligrosa. Porque serías una mujer libre, que no se siente intimidada por la mirada ajena, que no cree que tiene que construirse en función de las necesidades y deseos de otros. Y, entonces, serías una mujer muy rara.

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