Pose en la Moncloa

Es difícil encontrar algo tan aburrido en prensa gráfica como políticos posando para que les tomen imágenes. Pero cámaras y fotógrafos se siguen agolpando para encontrar el mejor ángulo de esas escenas, aunque nadie acierte a encontrar a quién pueda interesar la imagen.

La inercia y la caspa siguen anclando al periodismo tradicional en tiempos del blanco y negro con tufo de alcanfor. Ayer, dos tipos posaron en la Moncloa en medio de la nada y sin una pincelada de glamour que llevarse al objetivo. Pero ahí estaba la prensa gráfica para inmortalizar el momento.

Ya ocurrió algo parecido hace unos meses cuando uno de ellos salió en una pantalla de plasma y los medios acudieron presurosos a rendirle pleitesía, aunque fuera virtual. Esta vez, ha salido con su compañero de indecencias en una mesa esterilizada. Y allí han vuelto las cámaras. Es la prensa que se queda hueca si no tiene comunicados del poder para llenar sus páginas. La de ayer es otra imagen más de la sumisión, de una rendición anunciada hace tiempo.