Cayo Lara se revuelve contra sus críticos tras ver peligrar su puesto en IU

Garzón, Lara y José Luis Centella, secretario general del PCE

"Si lo que queréis es otro coordinador general, vayamos a una Asamblea extraordinaria, pero tengo dudas razonables de que eso sea lo que quiera la militancia", retó en tono duro Cayo Lara, tras recibir numerosas críticas en el Consejo Político celebrado este sábado, que ha puesto a Alberto Garzón al frente de la renovación de IU.

El coordinador federal, muy cuestionado por gran parte de los 147 miembros presentes, ha intentado lanzar un órdago que, en principio, nadie ha recogido por la inminencia de las elecciones y la irrupción de Podemos en su espacio electoral.

"Ya está bien de criticar la tarea en las instituciones. La realidad se cambia con el BOE. Hay que estar en la calle, pero también en las instituciones. Asumo que hemos hecho cosas mal. Pero, ¿queréis otra dirección? ¿Queréis otro coordinador general? Pues vayamos a una Asamblea extraordinaria. La Ejecutiva son 34 miembros, ¿a quién culpamos por encima de los demás? ¿Quién ha de irse? Yo creo que la ciudadanía y la militancia no están para esto, tengo dudas razonables de ello", manifestó Lara.

Los ejes fundamentales del encuentro eran el protagonismo de Alberto Garzón como figura mediática, la renovación profunda de la comunicación, con Clara Alonso a como responsable, y la introducción de primarias abiertas en la organización para elegir candidatos a los distintos procesos electorales.

El amplio apoyo a estas iniciativas en la reunión ha venido acompañado de duras críticas a la gestión de la dirección federal, como la candidatura europea encabezada por Willy Meyer, un hombre de Lara, la imagen de partido del sistema que tiene IU entre sectores sociales, la falta de democracia interna y las enormes dificultades para conectar con su electorado potencial por una nefasta política de comunicación, entre otros motivos.

Tras escuchar esta galería de críticas y reproches durante más de una hora, Lara ha contestado de manera airada y vehemente, con el reto a los críticos de forzar la celebración de una asamblea extraordinaria en la que se elija una nueva dirección junto a un nuevo coordinador general.

Sectores críticos han visto en esta postura las enormes reticencias del 'aparato' para potenciar la participación de la  militancia, ante el peligro de verse superados por las corrientes más renovadoras que existen en la organización, con Garzón como cabeza más visible.