Xie Guobiao tiene 11 años y sufre una severa deficiencia mental que le lleva a subirse por los tejados de los vecinos, romper sus ventanas o destrozar cosechas, lo que supone un gasto muy elevado en indemnizaciones para la familia. Los padres no tienen medios para pagar un tratamiento sanitario y la única solución que les ha quedado es mantener al pequeño siempre atado a una cuerda que le impida hacer sus 'trastadas' por la aldea de Lishui, en China.
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