Es complicado entender desde estos lares occidentales la cultura que impera en la sociedad japonesa, bastante cerrada en algunos ámbitos. Así, la homosexualidad no es algo muy visible en aquel país, aunque tampoco está extendida la homofobia. En todo caso, es un buen indicio que las autoridades educativas hayan colocado estos carteles por las escuelas con sencillas explicaciones sobre las relaciones heterosexuales, homosexuales, bisexuales o asexuales, unas orientaciones innatas en las personas que nadie tiene derecho a modificar desde fuera, según indican los textos.
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