2/6/14

Reflexiones de Monedero: Pedagogía política para la izquierda viejuna


"Hay un sector de Izquierda Unida que se ha hecho régimen, y sus dirigentes intentan construir otra vez una sopa de siglas". "El PP y el PSOE no son la misma mierda, pero cagan parecido". "En Podemos va a haber una tensión entre la condición representativa y la condición participativa. No tenemos claro cómo serán las reglas de juego para superarla, pero tenemos que inventarlas" (Juan Carlos Monedero)



Juan Carlos Monedero




Juan Carlos Monedero, uno de los principales impulsores de Podemos, confiesa que le cuesta hablar de Izquierda Unida, porque es una formación política en la que militó durante 25 años. "Hay un sector de Izquierda Unida que se ha hecho régimen y sus dirigentes van a intentar construir otra vez una sopa de siglas", dice.

"En la campaña hemos hablado de la obligación de construir un frente amplio. Y un frente amplio no es una suma de siglas. Traicionaríamos a la militancia si nos juntáramos las cúpulas de diferentes partidos y pactáramos una lista electoral. Eso sería un fraude a la ciudadanía y no lo vamos a hacer", resalta.

Sigue hablando de IU con prudencia: "Fui asesor de Gaspar Llamazares. Y me fui cuando me cansé de que el 80% de mis energías se consumieran en las peleas internas". Además des sector que se ha hecho régimen, otra parte importante "es savia política de la democracia que tenemos que construir. Las dos cosas"

"Yo me he recorrido España, dando charlas, invitado por IU, y me he encontrado a militantes imprescindibles, de los que hablaba Bertolt Brecht. Gente que ha aguantado la bandera de la dignidad en pueblos, en pequeñas ciudades... Los lugares en los que no estaba Izquierda Unida eran un páramo. Pero luego IU tiene dificultades para transformar esa militancia en líderes que emocionen, dificultades para solventar algunas contradicciones internas que le llevan a dar soporte en Andalucía al PSOE o a permitir que gobierne el PP en Extremadura...", afirma.

Sobre PSOE y PP dice que "no pueden ser lo mismo porque los votantes y los militantes no son lo mismo", a pesar de la coincidencia en muchos aspectos importantes y en leyes y medidas adoptadas, aunque cree que a quien más ha insultado el Partido Socialista ha sido a sus militantes y votantes. "El Partido Popular y el Partido Socialista no son la misma mierda pero cagan parecido", matiza.

Resalta también la distancia que le separa de muchas gentes de izquierda de toda la vida: "No pedimos a nadie certificado de pureza ideológica. Yo esto lo aprendí del Frente Cívico de Anguita. Necesitamos construir nuevas mayorías, y estas nuevas mayorías no pasan por mostrar pedigree. Parece como si, quien ha estado desde el minuto uno, tuviera algún tipo de conexión con la verdad histórica, que a los demás les está vedada".

Explica que Podemos está cambiando con la gente. Empezó siendo un manifiesto, "mover ficha", después fue una metodología, después fue la construcción de los círculos, las primarias, después una discusión popular de un programa y ahora son 1.250.000 votos. En cada momento hemos tenido que ir dando respuesta a lo invariable en Podemos, que es la confianza en la gente.

"Ahora Podemos es una formación política del siglo XXI, decidida a no cometer ninguno de los errores del siglo XX, que entiende que en 2014 la democracia no puede ser igual que en el siglo XIX, que tiene que asumir que si la sociedad ha cambiado también tiene que cambiar la forma de hacer política", afirma.

Podemos no puede ser un partido clásico, y lo explica: Los militantes, que están educados en la idea de que el aparato es de ellos, son incapaces de entender que los instrumentos políticos son de la ciudadanía, y la ciudadanía tiene que entender que si alguien dedica más tiempo a la política es bastante probable que se termine apropiando del aparato político. Por tanto, para solventar esta tensión tienes que inventarte algo, que tiene que ver con fórmulas de participación". Podemos, asegura Monedero, "tiene que ser capaz de mantener vivo el espíritu asambleario espontáneo y desobediente del 15M".

Para gobernar hacen falta cuadros y Juan Carlos Monedero explica su confianza en la vitalidad de los movimientos sociales: "Los movimientos sociales tienen mejor capacidad que los partidos para escoger a los mejores líderes. Los partidos políticos no escogen a los representantes que mejor conectan con la ciudadanía, sino todo lo contrario"

"Yo no me hubiera metido en Podemos sin la audacia de Pablo Iglesias. He dado cientos de charlas por España. En el Frente Cívico creo que fui, después de Julio Anguita, la persona que le dio más visibilidad a ese proyecto. He estado en universidades, he presentado libros, pero yo no hubiera entrado en la cocina de la política si no fuera porque un día vino Pablo y me dijo: 'Juan Carlos está la teoría. Vamos a dar un paso adelante'".

Monedero no se presentó a las elecciones "porque me parecía un gesto que resume muy bien lo que queremos hacer. Que los impulsores de este proceso no lo hemos hecho para conseguir un cargo. Inicialmente, Pablo tampoco quería", dice, y revela que hicieron oferta a Ada Colau y a Alberto Garzón.

"Yo quiero ser profe. Me interesa mucho poner la capacidad de comunicar que tengo al servicio de mi país. A mí la gestión no me gusta mucho. Me gusta debatir, leer, pensar, escribir... Tengo mucho interés, en Podemos, en poner en marcha procesos de formación y reflexión", asegura.

El lenguaje de Podemos también ha sorprendido. Apenas hay intervención pública en la que un dirigente de Podemos no haga referencia a 'la casta'. Y hablan poco, por ejemplo, de los capitalistas, de los auténticos acumuladores de riqueza.

"Yo tengo absolutamente claro que la economía capitalista, la economía de mercado, genera una sociedad de mercado y que el sistema capitalista convierte a la sociedad en una lucha de todos contra todos. El capitalismo nos condena a desaparecer del planeta. Todo el mundo entiende que si las empresas entraran en la Amazonía, la Amazonía duraría un año, y por tanto no podríamos respirar y se iría el planeta al carajo", dice.

"Lo que pasa es que hablar del sistema capitalista previene a la gente y ya no escucha. Si el sentido común de una sociedad es neoliberal, ¿cómo luchas contra el sentido común? ¿A golpes?... Nosotros hemos buscado otras fórmulas. Y decimos lo mismo pero con otro lenguaje. ‘La casta' no es solamente una estructura política, sino que está insertada en un sistema económico, que es el capitalista", afirma.

Pero ese concepto, ‘la casta' a veces parece que responde a una concepción algo maniquea según la cual hay unos señores malos, que hay que apartar, y que en cuanto se haya hecho así, se pondrán los buenos. Juan Carlos Monedero no esconde que el problema se encuentra en el sistema, pero añade algo más.

"La crisis tiene tres ángulos. El primero es que hay una minoría que se apropia de las riquezas de todos. Y por eso la desigualdad se ha convertido en el asunto de discusión por excelencia. Por eso el libro de Piketty está de moda y por eso también las clases medias, que se están empobreciendo, se incorporan a una lucha contra el modelo".

Luego señala los problemas estructurales del sistema. "Una de las cosas en las que Marx tenía razón es que el sistema capitalista está sometido a crisis. Y de cada crisis sale con un abanico menor de respuestas". De la última salió "exportando los problemas al Sur, a la naturaleza y a las generaciones futuras. No se puede salir de la crisis actual con esas herramientas, porque ya no están disponibles".

"Y el tercer elemento tiene que ver con que todos nos hemos vuelto un poco neoliberales. Yo creo que no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, pero sí por encima de nuestras necesidades. Nos hemos dejado de alguna manera secuestrar por la lógica del sistema, que nos desconectaba de cualquier responsabilidad, con la naturaleza, con los países del Sur y con las generaciones futuras", señala.

Podemos "ha conectado con una ciudadanía a la que había que decirle: también tienes tu parte de responsabilidad en lo que nos ha pasado. Delegaste en los partidos políticos, en los momentos mejores de la economía te olvidaste de que había 8 millones de pobres, te cegaste con la burbuja especulativa... Yo creo que Podemos ha venido para decir con amabilidad, pero también con rigor, que hay una parte importante en la que somos responsables, porque nos engañó la casta, los medios de comunicación, los intelectuales ausentes, la universidad".

En cuanto a los sindicatos dice que "son estructuras indispensables en la defensa de los derechos de los trabajadores, pero no se pueden convertir en régimen. Tienen que reinventarse para representar también a esos 6 millones de parados, a los trabajadores precarios. Tienen que entender que la vida de un trabajador se construye en ámbitos más amplios que el mero trabajo, y tienen que recuperar una conciencia de clase adaptada al siglo XXI. Tienen que reinventarse, pero les cuesta".

Podemos tiene mucho que discutir sobre formas organizativas, sobre los círculos, sobre hasta qué punto serán sensibles a la resistencia a delegar que caracterizó al movimiento 15M, sobre las asambleas y su funcionamiento.

"Aquí en Podemos va a haber una tensión entre la condición representativa y la condición participativa", admite Monedero. "Esa tensión necesaria, en los movimientos se decantó por la participación y les ocurrió como las olas en el mar, que sólo existen cuando hay viento, y en los partidos políticos se decantó por la representación, convirtiéndose al final en estructuras esclerotizadas. Podemos tiene que ser capaz de mantener vivo el espíritu asambleario espontáneo y desobediente del 15M".

En otoño está prevista su asamblea constituyente, y Monedero cree que "el reto central es superar los problemas tradicionales de los partidos políticos. Es decir, que hemos de ser capaces de tener la inventiva suficiente para incorporar a ese millón y pico de votantes a las tareas políticas. Hemos de ser capaces de encontrar las fórmulas para que cada cual sea Podemos desde el espacio que quiera".

Sobre las reglas de juego, reconoce claramente que aún no las tienen claras: "Tenemos que inventarlas", dice. "Sabemos cómo funcionan las estructuras burocratizadas jerárquicas. Y hay otras estructuras. Hay partidos más asamblearios... Pues tendremos que aprender de ahí".

"Ese es el problema. Cuando fomentas la participación, dificultas la ejecución, y cuando fomentas la ejecución, dificultas la democracia. Es una tensión inevitable. ¿Por qué los ejércitos no funcionan de manera asamblearia? Porque te mata el enemigo. Pero los ejércitos no son democráticos. Y otros dicen que hay que ser como el ejército de Pancho Villa. Aquí todo el mundo tiene que decir lo que le de la gana. Entonces eres muy fresquito, muy espontáneo, pero olvídate de levantar nada. Es imposible", dice.

Y añade: "Si alguien en un círculo dice una cosa, otro lo contrario en otro lado y cada uno dice lo que le viene en gana... qué bien, que libres somos, pero esto no es entonces una formación política. Tenemos que encontrar cual es la tensión justa entre estos dos elementos. Y la tensión justa entre ejecución y participación sólo se encuentra de manera dialéctica con mucha deliberación".






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