Israel no solo lanza bombas contra edificios de viviendas. El lunes reventó un hospital y este martes ha destruido parte de una escuela de la ONU en Gaza. La Franja ha dejado de ser un campo de concentración para convertirse en un campo de exterminio.
El Ejército israelí ha bombardeado este martes una escuela de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA) en el centro de Gaza, donde habían buscado cobijo cerca de un millar de personas. El lunes había hecho lo mismo con un hospital de la localidad de Deir al Balah, donde murieron cuatro personas.
En el ataque a la escuela no hubo que lamentar víctimas, ya que el director había ordenado el desalojo horas antes debido a la situación de inseguridad ante la presencia sobre el terreno de tropas israelíes.
El Ejército bombardeó anoche decenas de edificios civiles, lo que contraviene el derecho internacional humanitario, además de varias mezquitas, mientras que el lunes bombardeó un hospital en la localidad de Deir al Balah, en el centro, donde causó la muerte a cuatro personas.
Desde que iniciara su ofensiva contra la Franja, el pasado 8 de julio, han muerto ya cerca de 600 palestinos, en su mayoría civiles, y más de 3.000 han resultado heridas. Entre las víctimas se encuentran al menos 121 menores, y hay más de 100.000 personas desplazadas. Israel ha sufrido la muerte de 27 soldados.
Desde hace décadas, Gaza es un campo de concentración que Israel maneja a su antojo y conveniencia. Desde el pasado día 8, el Ejército lo ha convertido en un campo de exterminio donde el 80 por ciento de las víctimas mortales son civiles.
La web de Aljazzera publica periódicamente un listado de los palestinos muertos en Gaza en el que se indica el nombre y la edad de las víctimas.
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