Varios médicos que de manera voluntaria han atendido a heridos en las protestas de Estambul están siendo detenidos por la policía desde la pasada noche, cuando cargó violentamente contra los acampados en la plaza de Taksim y el parque Gezi.
El Colegio de Médicos ha denunciado haber recibido presiones por parte de las autoridades para que facilitara los nombres de los médicos que estaban auxiliando a manifestantes en centros hospitalarios de manera voluntaria.
La policía también disparó gases lacrimógeno en el interior de las clínicas de campaña montadas en varios puntos de Estambul donde los afectados recibían tratamiento, según varios testimonios.
Amnistía Internacional ha afirmado que "tras una noche de escandalosa violencia policial, las autoridades están negando el debido proceso judicial a quienes han sido detenidos. La policía debe liberarlos inmediatamente o revelar su paradero y permitir el acceso a familiares y abogados".
Desde anoche circulan por las redes sociales testimonios de manifestantes, apoyados por fotografías, que aseguraban haber sufrido graves irritaciones cutáneas y enrojecimientos tras haber sido rociados por el agua de los tanques. Hay serias sospechas que la Policía la haya mezclado con sustancias químicas.
Los agentes hicieron también una redada en la sede del Colegio de Ingenieros Mecánicos para impedir que siguiera siendo usada como improvisado centro de atención a los heridos en la represión de las protestas.
La plaza Taksim está blindada por un enorme despliegue policial, al que se han unido fuerzas de la gendarmería, un estamento de régimen militar que hace años no actuaba en el país. Miles de personas intentan romper el cerco policial para volver a la plaza.
Vídeos de detenciones
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