Las grandes potencias son las principales responsables del éxodo que se está dando en diversos países a causa de la situación de guerra y violencia en que se encuentran. Pero hay lugares donde el trato que se da a los refugiados es indignante.
Es el caso de Hungría, desde donde llegan imágenes y vídeos que muestran escenas vergonzosas, como la forma en que se distribuye la comida a los refugiados sirios en el campamento de Roszke, cerca de la frontera con Serbia, donde son tratados como bestias.
Esta forma de tratar a personas desesperadas genera un odio entre las víctimas que será aprovechado por movimientos fundamentalistas para llenar sus filas de fanáticos suicidas, alimentando así la violencia en las zonas más desesperadas del planeta.
La Hungría delprimer ministro Viktor Orban, la de la patada al inmigrante, el racismo y la xenofobia, las presiones a los medios de comunicación y a los jueces sigue viva sin que la Unión Europea diga nada ante tanta manifestación fascista. Mientras tanto, los 12 diputados del partido de Orban se siguen sentando en el Grupo Popular de la Eurocámara sin que nadie les expulse.
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